Cada familia es diferente, con costumbres y características enmarcadas en las personalidades de sus miembros y en el contexto socioeconómico y cultural en el que están envueltos. En estos tiempos la crianza resulta todo un desafío, dado el mundo actualizado y cambiante en el que nos desarrollamos, por lo cual, el tema de la DISCIPLINA resulta un poco ambiguo y es un tema de discusión importante.
La disciplina es la base para que aprendamos a postergar nuestros deseos, desarrollar hábitos y, en resumen, movernos asertivamente por el mundo. De acuerdo a esto, podemos definir tres estilos de crianza:
- El estilo autoritario: Es un estilo de disciplina que se caracteriza porque los padres creen tener siempre la razón y saber perfectamente lo que es correcto para el hijo. Generalmente, la herramienta para ejercerlo es el maltrato físico y psicológico. Es poderoso porque se funda en el miedo que siente el hijo a ser castigado. La consecuencia de este estilo es profundamente negativa porque actúa como un modelo violento a imitar, y progresivamente estimula mayor agresividad.
- El estilo horizontal o amigo: Los padres que ocupan predominantemente este estilo suelen no poner límites porque tienden a situarse al mismo nivel que sus hijos. Confunden la jerarquía que todo padre posee frente a sus hijos con distanciamiento afectivo o, como suele decirse, mala onda; muchas veces se obstinan en ser padres relajados, es decir, padres que prefieren desligarse de ciertas decisiones relacionadas con el poner límites. Esta incapacidad de poner límites deriva en una relación horizontal, vale decir, en la que padres e hijos son iguales o amigos.
- El estilo democrático: Los padres son capaces de poner límites con cariño y firmeza, porque entienden que ambas cosas son sumamente necesarias para el desarrollo del niño. Son capaces de explicar y dialogar acerca del sentido de las normas y sus respectivas consecuencias (para ellos mismos y para otros). Promueven una actitud participativa a través del debate de situaciones específicas. Permiten desarrollar la capacidad de mirarse a sí mismo y considerar a otros al momento de emprender alguna acción.
Ningún padre o madre pertenece sólo a un estilo, sino que tiene aspectos de todos los estilos, con uno más predominante. Si bien poner límites a los hijos es un tema complicado, empezar a reflexionar acerca de esto es un primer paso para mejorar las relaciones existentes entre padres e hijos.
¿En cuál de los estilos ubicaría a mis propios padres?
¿En cuál de los estilos me ubicaría yo como papá o mamá?
¿Qué desafíos se me plantean a partir de esta conversación en relación a la forma en que ejerzo la disciplina con mis hijos?
¿Es posible encontrar el equilibrio entre ser amigos de nuestros hijos y disciplinarlos?
Fuente: UNICEUnicef: F. (s.f.). Padres: Amigos o autoridad? Obtenido de http://www.unicef.cl/: http://www.unicef.cl/centrodoc/tesuenafamiliar/12%20Padres.pdf